El diseño de un catálogo es casi como traer a un hijo al mundo, primero hay que estar en el sitio exacto, cruzarte con la persona adecuada y tener la suerte de que te elijan para realizar un trabajo que cuando esté terminado será capaz de mostrarle a todo el mundo no solo el producto que vende si no la manera creativa que has encontrado para representarlo del modo mas atractivo posible, aveces incluso con total libertad por parte del cliente, cosa que no todos los días nos cruzamos los diseñadores. Después de dedicar muchas horas, días e incluso meses, como ha sido en este caso, ver las máquinas imprimir a toda velocidad, respirar el olor de la tinta recién impresa, tocar el papel que has elegido…y sobre todo ver que el trabajo duro ha merecido la pena y que el cliente se ha ido encantado te hace recordar que este trabajo es muchas veces un placer y que por mas duro y complicado que se ponga el camino, los que nos dedicamos a la creatividad nunca dejaremos de hacerlo porque no sabemos vivir de otra manera.

Mi agradecimiento a Estudios Aviñó por confiar siempre en mi y a Juanjo A. del que sigo aprendiendo cada vez que tengo el placer de trabajar codo con codo junto a el.

margrafic 14 marzo 2016